viernes, 26 de agosto de 2011

La hipocresía del imperio

Columna de Gonzalo Perera. 20 mil y 365 millones.

de *BABOR- Producciones y Contenidos, el Viernes, 26 de agosto de 2011, 23:58

20 mil y 365 millones.

365 millones no siempre es más que 20.

A veces es vergonzantemente, horripilantemente, cruelemente menos.

Si esto parece una violación a las más elementales reglas de la aritmética, deténgase a pensar en lo siguiente:

* 20 mil fueron los bombardeos masivos, fundamentalmente basados en misiles tácticos, lanzados por la OTA sobre suelo libio hasta la fecha. Cada uno de esos "bombardeos de saturación", que barren con militares y civiles, cuarteles y hospitales, adultos y niños, tiene un costo directo (esto es sin contar la infreastructura que los soporta, el costo de manutención de los efectivos militares que los protagonizan, etc.) largamente centenario en millones de dólares.

* 365 millones de dólares recaudó la Unión Africana por concepto de ayuda humanitaria para las espantosas hambrunas desatadas en Somalía, donde una vez más, las imágenes del Averno, de niños cadavéricos de vientres henchidos, tienen lugar sobre la Tierra.

Ergo, en nuestros días, ha sido, cuanto mínimo ( y quedándose cortísimo) 10 mil veces mayor el esfuerzo en destruír Libia (en hipotética defensa de sus civiles, matando civiles a diestra y siniestra) que el esfuerzo solidario en evitar muertes por inanición, en pleno 2011.

Yo no sé si el mundo se acabará en el 2012, como dicen que decían los mayas.

Si sé que ESTE mundo, donde 20 mil puede ser 10 mil veces mayor (o más) que 365 millones, donde importa mucho más bombardear un niño que salvarlo de morir de hambre, merece terminarse no en el 2012, ni en el 2011, sino YA MISMO.

La Aritmética es una herramienta. No explica todo, ni justifica todo. Esconde unidades y contextos. Esconde verguenzas y crímenes asqueroso. Esconde culpables y cómplices.

O no los esconde, pero no es su deber mostralos.

Los seres humanos si debemos mostralos, exhibirlos. Debemos señarlar responsabilidades y culpas. Que siempre son diversas, múltiles, complejas, pero donde hay algunas absolutamente ineludibles e indisimulables. Con nombre y apellido.

Comos los de Barck Obama, David Cameron y Nicolas Sarkozy, principales promotores del ataque a Libia y- paradojalmente- no muy espabilados sobre las hambrunas en Somalía.

Estos Tres Reyes Anti-Magos, deberán responder ante la Historia por las atrocidades cometidas y por las calamidades ignoradas. Sea cierto lo que dicen que decían los mayas o no.

Obama, Cameron y Sarkozy, tres nombres a no olvidar jamás: por los centenares de miles de bombardeados, o de muertos por hambre y sed, cuyo nombre jamás conoceremos.

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